Los tosirianos han salido a la calle para celebrar la resurrección de Cristo y ver a los titulares de la última procesión de la Semana Santa tosiriana.
Domingo por la mañana, los cofrades de la localidad tosiriana llegan exhaustos a la gran fiesta del Domingo de Resurreción, pero ninguno quiere perderse la que, de momento, será la última procesión de la Semana Santa de este año. En los faroles aún perdura la cera de la madrugada anterior. La casa de Hermandad es un hervidero de personas que acuden antes de la salida a por los últimos enseres y, un año más, a las 11:00 horas comienzan a sonar en la Plaza de Santa María los acordes que anuncian la salida del Resucitado.
Ante los ojos de los más veteranos pasan, instantes antes de la salida, como si de una película se tratase los desfiles anteriores, las dificultades de la primera salida y cómo poco a poco ha ido creciendo su Hermandad.
Se disponen a realizar su salida, pero antes de iniciar el camino vuelven una última mirada a los titulares. El Cristo sonríe, la Virgen está contenta porque, de nuevo, recorre con su hijo las calles de Torredonjimeno.
En torno a las 15:30 horas vuelve a su templo, se encierra y llega el momento de la melancolía, la tristeza y el agotamiento. Pero realmente es ahora cuando comienza la nueva Semana Santa, la que ha terminado ha entrado a formar parte de la historia.
La imagen del Cristo Resucitado es del imaginero granadino Eduardo Espinosa Alfambra, realizada en 1955. La Virgen de La Paz es una dolorosa de candelero del sevillano Juan Ventura realizada en 1985. El Cristo procesiona sobre un trono de madera tallada de estilo barroco con cuatro candelabros arbóreos realizado en los talleres de los hermanos Tirao Carpio. La Virgen va sobre una canastilla de alpaca repujada con varales, jarras y candelería a juego y palio azul bordado.
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