viernes, 25 de febrero de 2011

Voladura controlada de parte de las instalaciones de Holcim en Torredonjimeno



El ‘skyline’ tosiriano no volverá a ser el mismo. Acercarse a Torredonjimeno por cualquiera de sus entradas desde la autovía ya no tendrá el contorno en el horizonte de la que ha sido su seña de identidad durante los últimos años. Holcim no dará la bienvenida a sus ciudadanos cuando regresen a casa.

Como un castillo de naipes cayeron las dos torres de la cementera tosiriana. Más de 50 años cimentando el desarrollo de la localidad y sólo unos pocos segundos para que los 150 kilos de explosivo gelatinoso convirtieran las dos torres en polvo. La voladura controlada de ayer provocó poco revuelo entre los tosirianos (la mayoría ni se enteró pese a la proximidad de las instalaciones con el casco urbano) pero en las inmediaciones de la cementera se congregaron antiguos trabajadores y algunos curiosos que quisieron recordar «las dos generaciones que han desarrollado su trabajo aquí. Con lo que costó levantarla y qué poco ha tardado en caer», comentaba ayer uno de sus ex trabajadores más veterano, cuyos ojos la vieron crecer y, ahora, caer derrumbada a sus pies.

Es el pasado. El presente y el futuro pasan por el plan de reindustrialización «del que se conocerán más detalles en los próximos días», aseguran desde la propia compañía. Los único claro es que el proyecto pasa por la instalación de una empresa relacionada con la generación de energía eléctrica mediante el aprovechamiento de la biomasa del olivar. Se habla de un grupo inversor, con capital extranjero, al que podría sumarse la propia Holcim y con quienes colaboraría, de forma estrecha, la Junta de Andalucía.

La propia compañía ha explicado que la demolición de parte de la antigua fábrica de cemento de Holcim España en Torredonjimeno se ha desarrollado «de manera segura y sin incidentes, tras la fase de desmontaje de equipos útiles y de desmantelamiento de otros elementos para reciclaje, que se ha efectuado sin ningún accidente laboral». De esta forma, la voladura de dos de los edificios que forman parte de estas instalaciones tuvo lugar ayer jueves, a partir de las 12:00 horas, a cargo de una empresa especializada en estos trabajos (DETECSA).

Explosivos
Las construcciones derribadas han sido un intercambiador, de 54,82 metros de altura, y la molienda de carbón, de 47,5 metros, ambas «sin utilidad para las futuras iniciativas industriales que se instalarán en los terrenos». La demolición se realizó utilizando 150 kilos de explosivo gelatinoso y de forma segura y controlada. La empresa sigue realizando tareas de demolición mecánica en la zona. El resto de instalaciones de la planta tosiriana no se van a demoler porque serán «aprovechadas para la puesta en marcha del nuevo proyecto empresarial», explican fuentes de la compañía.

La planta cementera cesó su actividad a finales de 2008 «por la importante reducción de la demanda nacional».

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